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En menos de veinte años, los cocoteros harán su aparición en la Sierra de Guadarrama
¿Es el pensamiento neocon una contradicción en los términos? Durante años, los ayatolás del pensamiento neocon han venido negando la existencia del calentamiento global y la amenaza de los gases invernadero. ¡Son cosas del rojerío y de los pérfidos marxistas! Ni Aznar ni Isabel Tocino deben ser muy neocones, dado que fue el gobierno de Aznar con doña Isabel de Ministro de Medio Ambiente quien firmó el tratado de Kioto. Todavía hay quien niega que los glaciares se estén derritiendo, igual que hay quien niega el Holocausto judío o el genocidio armenio. El fanatismo te lo encuentras en la derecha, la izquierda, arriba, abajo, en el centro y padentro. Cuenta Israel Shahak que en la Polonia de principios del siglo XX algunos rabinos negaban la exitencia de América, porque no venía en la Biblia y entre los protestantes "radicales" de EE. UU hay quien niega la teoría de la Evolución por el mismo motivo: Darwin se equivocaba... Esa forma imbécil de entender la política como la negación del otro y de cualquier argumento que contradiga nuestras convicciones no es un privilegio de los neocon: que se lo pregunten a ZP y Narbona. La estulticia no entiende de colores políticos.
Años y años de negacionismo sobre el calentamiento global no han conseguido detener las evidencias y el semanal de ABC del domingo traía unas páginas con el sugestivo título "¿Quién se va a forrar con el deshielo?"(Xlsemanal nº 1012) sobre los espectaculares negocios que se están haciendo ya y preparando sobre la zona ártica a medida que retroceden los hielos y que van disminuyendo los costes de explotación. El mundo de los negocios se adapta mejor a la realidad que las teorías científicas y le va a bailar una lambada a Mamá Naturaleza que para que te quiero contar:
Hacia 2020 quedará abierto nueve meses al año para el flete marítimo el pasaje del Noroeste y el canal de Panamá será una reliquia. Para los países árticos, el calentamiento climático es un retorno a épocas doradas del año mil, cuando Groenlandia era de verdad una tierra verda (que es lo que significa su nombre) y Erik el Rojo se paseaba por Labrador. Lo que le venga bien a los canadienses, rusos y daneses no forzosamente ha de venirnos bien a los demás. No sé si quedará nieve en Guadarrama para entonces y si no se habrá evaporado mi charquita de Peñalara... Bueno, no hay que tomárselo por la tremenda, si nos quedamos sin pinos podremos plantar piñas, aguacates, cocoteros y palmeras datileras y cantar con Jorge Ben "Um pais tropical":